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JOSE BETINOTTI. El payador toca la guitarra en Campo de Mayo, en 1903, ante los ministros doctor Joaquín V. González y general Pablo Ricchieri. LA GACETA/ ARCHIVO.

Betinotti versificó la victoria de Tucumán.


Bien se sabe que José Betinotti (1878-1915) fue el más célebre de los payadores argentinos. Su carrera empezó en un circo, y pronto sus versos fueron aclamados tanto por los porteños como en los pueblos de la campaña bonaerense. Amigo y rival de Gabino Ezeiza y de Luis García, era payador individual, no de contrapunto. Se alineó en política detrás de Leandro Alem, como “vocero lírico del credo radical”. Sus composiciones sentimentales se hicieron célebres, en especial “Pobre mi madre querida”.

Nos interesa recordar que en su libro “Lo de ayer y de hoy”, consta que Betinotti abordó también un tema histórico, que curiosamente nos atañe, ya que se titula “Batalla de Tucumán”. Está dedicado al “amigo y compañero de giras” Avelino Benegas, que era profesor de guitarra. León Benarós rescató esa composición en 1984, para “Todo es Historia”.

En alrededor de un centenar de versos, nada relevantes (pero, como dice Benarós, los salvan “la buena voluntad y la intención”), Betinotti narra el encuentro. Desfilan “el ínclito Balcarce”; Díaz Vélez “organizando al paisano”, o Manuel Dorrego con “intrepidez terrible”, por ejemplo. “¡Qué cuadro más estupendo/ se forma entre la pelea,/ la sangre esparcida humea/ como lava de volcán;/ aquí se queja un herido,/ allá otro en la agonía,/ muere por la patria mía,/ luchando como titán!”, dice.

Y en los tramos finales: “Entre rumores distintos/ del cañón fenece el lampo,/ quedando dueño del campo/ Belgrano el gran general,/ donde en gritos de victorias/ por patrióticos ardores,/ cruzan los libertadores/ en una marcha triunfal”…