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SALUSTIANO ZAVALIA. Guitarra que perteneció al distinguido hombre público y que conservan sus familiares. LA GACETA/ ARCHIVO.

El abogado y político Salustiano Zavalía.


Al gobernador y constituyente tucumano Salustiano Zavalía (1808-1873) dedica un par de páginas el ensayo histórico “Estética musical y conciertos sinfónicos”, publicado en el tomo III de la revista “La Biblioteca” (Buenos Aires, 1897).

Lo compara al comienzo con el santiagueño Amancio Alcorta (1805-1862). Expresa que eran parientes y habían tenido los mismos maestros, lo que marcaba una semejanza en gustos artísticos y en ideas políticas. Además, los dos tuvieron “carácter austero, trato ameno y bondadoso, esmerada educación, porte y modales aristocráticos”.

Ambos “adoran la música, sobresalen como ejecutantes, Zavalía en la guitarra, Alcorta en la flauta, y cultivan la composición, en medio de los azares de la vida política de entonces y de las tareas profesionales: en el dominio de la composición abordan los mismos géneros”.

La producción de Zavalía abarca “minuetos, cuadrillas y valses para piano, piezas y variaciones sobre temas nacionales y temas originales para guitarra y flauta”. Compuso también misas. Zavalía tocaba “primorosamente la guitarra”, como recuerda Lucio V. Mansilla, y también la flauta y el piano.

Refiere el articulista que “el minué que hemos oído ejecutar al piano por uno de sus hijos tiene, como los minués de sus contemporáneos Alcorta y Alberdi, el sello rítmico y melódico de la música popular argentina; mientras que el acompañamiento en forma de arpegios quebrados, cual son por lo general los de guitarra, imprime al minué un movimiento ondulante y gracioso como un requiebro de gaucho, la melodía se dibuja tierna y melancólica como el mirar de una china enamorada”.