Inauguración de las obras de El Cadillal.
El 26 de enero de 1962, las autoridades, encabezadas por el gobernador Celestino Gelsi, dieron lugar a las obras del dique El Cadillal, planificadas en 1904. Decía la cabeza de la crónica redactada por el inolvidable José Ricardo Rocha: “dos descargas de gelinita, que retumbaron largo entre los cerros verdes y el lomo oscuro del rio Salí, marcaron el comienzo oficial – ante la mirada de una concurrencia crecida y variada- de las obras con que la provincia erigirá el conjunto de construcciones que en definitiva han de constituir el aprovechamiento hidroeléctrico de El Cadillal”.
“Al caer la tarde de ayer, en una perspectiva quebrada de serranías, perforada por el cauce del rio milenario, el estruendo de los estampidos y la voladura de las rocas, fueron un anticipo de las nuevas jornadas que se reinician por tercera vez, con el fin de explotar, para el porvenir de Tucumán, la energía del Salí y sus caudales crecidos de barro fecundante”.
“Mientras el gran protagonista de la ceremonia – el río con sus devaneos- seguía corriendo, como desde hace milenios, rumbo al sur, dentro de la garganta que se construyera impetuosa entre el cielo y las rocas, las autoridades dieron forma protocolar al momento…”
“Espejando nubes, altas esta vez, el rio con sus rumores se precipitaba más bien manso, en el atardecer excesivamente tibio, aportando al escenario del acto su relevancia, que traza honda cicatriz en la frente norteña y bien amada de la patria. Y el Salí de la tarde de ayer fue así un rio manso, suave en su lecho de arena, lodo y ripio, dispuesto acaso a dejarse dominar para servir mejor la inquietud realizadora de Tucumán”.