Gutiérrez batido en Los Laureles, en 1853.
Para toda la Confederación Argentina, 1853 había sido año de trascendentes sucesos: la caída de Juan Manuel de Rosas (febrero) y la sanción de la Constitución Nacional (mayo). Pero eso no significó tranquilidad para los tucumanos. El ex gobernador rosista Celedonio Gutiérrez recuperó el poder y se enredó en guerra con los poderosos liberales de la región: su comprovinciano José María del Campo, aliado este con los Taboada, caudillos de Santiago del Estero,
El Gobierno de la Confederación envió la intervención federal, pera los comisionados -Marcos Paz y Benjamín Lavaysse- no se entendieron con Gutiérrez. Terminaron retirándose para dejar libres de obrar a las fuerzas liberales.
PUBLICIDAD
Al fin, horas antes de la Nochebuena de 1853 empezó el avance de las fuerzas de Campo y los Taboada sobre las de Gutiérrez, El combate se libró el día de Navidad, 25, en Los Laureles. Dos horas tardó en sellarse la derrota de Gutiérrez. Desde el campo de batalla, Antonino Taboada redactó el parte: “Es estos momentos que son las dos de la tarde, ha sido derrotado el ejército de 3.000 hombres con que el rebelde Gutiérrez amenazaba la libertad constitucional de las provincias del norte. El campo de Los Laureles queda cubierto de cadáveres y salpicado de sangre argentina derramada por el capricho y tenacidad del último caudillo de la pasada tiranía. En mi poder quedan, hasta este momento, 450 prisioneros, 5 piezas de artillería, 300 fusiles y dos carros…”
Tucumán debió pagar a Taboada una cuantiosa indemnización. Además de incautarse del dinero de los comerciantes federales, impuso 10.000 pesos de contribución forzosa y 3.000 cabezas de ganado, esto aparte de llevarse la vieja imprenta de la provincia, única que Tucumán tenía desde 1817, cuando la trajo Belgrano.