Un acuerdo de Belgrano y del Cabildo.
El Ejército del Norte, al mando del general Manuel Belgrano, permaneció estacionado en Tucumán -alojado en La Ciudadela y en San José de Lules- desde 1816 hasta 1819. La manutención de esa fuerza era, por tanto, una de las grandes preocupaciones del Cabildo.
El 14 de mayo de 1817, según el acta, Belgrano puso a consideración del Cabildo el contrato que había celebrado con Francisco Ugarte, “para abastecer al ejército de su mando de la carne precisa para su mantención”. Asimismo, Ugarte tomaba el compromiso de vender carne al público “con sus inherentes de grasa y sebo”. Esto, “al precio y tasa que designen las ordenanzas municipales de las épocas del año”.
Ugarte se obligaba también a construir el local para el expendio. Edificaría “una media agua, espacio de 50 varas de largo, sobre paredes y horcones, cubierta de teja, en el lugar que designe la Municipalidad”, o sea el Cabildo. La obra quedaría luego para propiedad y beneficio del cuerpo capitular.
El Cabildo acordó “acceder por su parte a la propuesta de don Francisco Ugarte, conciliando el beneficio del Ejército y del público”. Así, quedó instituido como “abastecedor de la carne, sebo y grasa que necesite el pueblo, con exclusión de todo otro traficante de estos artículos”.
Se establecía “el escrupuloso cumplimiento de las calidades que contiene su propuesta, con la precisa condición de no poder expender diariamente, para el abasto público, menos de 20 cabezas diarias”. Esta cifra se juzgaba adecuada “para prevenir cualquiera escasez”, la que, “llegado el caso de experimentarse, sería muy notable y digno de remedio”.