Versión de un oficial del Ejército del Norte
No hubo sesión pública del Congreso el 13 de setiembre de 1816, pero sí una secreta, a las diez de la mañana. El presidente Pedro Carrasco, informó que había recibido un oficio “reservado” del jefe del Ejército del Norte, general Manuel Belgrano. Acompañaba un sumario, del que resultaba que “un señor diputado había invitado a un oficial del Ejército a la ejecución de un crimen”. Belgrano quería tomar declaración sobre el asunto al representante aludido, y consultaba al Congreso el camino a seguir.
Inmediatamente se preguntó al presidente Carrasco “el nombre del diputado que aparecía cómplice”, a lo que contestó que se trataba del representante de Córdoba, Eduardo Pérez Bulnes. Entonces, se mandó que este se retirara de la sala para tratar el asunto, y se procedió a la lectura del sumario y del oficio.
De ambos documentos, dice el acta de la sesión, resultaba “que don Eduardo Pérez Bulnes había solicitado del teniente don Crisóstomo Lafinur un estado (es decir, un informe) de la fuerza del Ejército”. Y que Lafinur “la pidió en consecuencia al ayudante del mayor del Detall, teniente Ramón José Gormaz”.
El tema fue discutido “con la detención que demanda su naturaleza”. Finalmente, se resolvió que el presidente Carrasco, “en consorcio del secretario de semana, reciba del diputado (Pérez) Bulnes la correspondiente declaración”. Debía elevarse al Congreso el resultado de la misma, y devolver al general Belgrano los documentos enviados, con una copia certificada de la deposición del diputado. Con esto terminó la sesión secreta.