La alta columna que se levantó en 1854
El gobernador de Tucumán, José María del Campo, dispuso demoler el obelisco rosista ubicado desde 1842 en la plaza Independencia y erigir, al centro, una columna en homenaje al 9 de julio de 1816. Se inauguró el día 10 de febrero de 1854. Era –narra el diario “El Liberal”- un día “de extremado calor”, por lo cual la celebración se inició “a la postura del sol”. La presidía el gobernador Campo, con sus ministros y oficiales del 8 de línea, en presencia de un numeroso público.
Todos rodeaban la columna, en cuyo pedestal se emplazaba la Banda de Música. Tres cañonazos anunciaron el comienzo del acto. Hablaron el Juez Nacional de Sección, doctor Agustín Justo de la Vega, el gobernador Campo, el coronel Juan Elías, los doctores Arsenio Granillo y Salustiano Zavalía y el ex gobernador Benjamín Villafañe. Entre discurso y discurso, tocaba la Banda de Música y volvía a tronar el cañón.
Luego, “se sirvió cerveza en las mesas preparadas al efecto”, mientras la Banda ofrecía “piezas escogidas”. El doctor Ángel Cruz Padilla propuso entonces que se trasladaran todos a la casa de la Independencia, residencia de la familia Zavalía. Hacia allí se encaminaron, entre vivas entusiastas. La dueña de casa los recibió en la puerta, con otras damas, y todos ingresaron con la cabeza descubierta. En el salón de la Jura, pronunció un emotivo discurso, “de rodillas”, el doctor Sabino O’Donnell, y otro, “en la misma actitud”, el doctor Padilla. Se entonó el Himno Nacional, ejecutado al piano por el doctor Salustiano Zavalía. Luego, se dirigieron a la casa del gobernador Campo, donde se brindó otro agasajo.
La columna sería demolida en 1884 y reemplazada por la estatua de Belgrano. Hasta 1904, en que Belgrano pasó a la plaza de su nombre y lo reemplazó La Libertad, de Lola Mora.