Dos cartas conciliadoras previas a la batalla.
Es sabido que el general Manuel había conocido en España al general Pío Tristán. Ninguno de los dos suponía entonces que un día iban a enfrentarse en combates. Se conservan cartas del jefe patriota al realista, en la época previa a la batalla de Tucumán.
Desde el “Cuartel General de Yatasto”, el 27 de marzo de 1812, Belgrano le escribe. Acababa de relevar a Juan Martín de Pueyrredón en el mando del Ejército del Norte. “Mi querido Pío: ¡Cuán distante estaba yo de venirte a escribir desde estos lugares! La enfermedad de Pueyrredón me ha conducido hasta aquí desde las orillas del Paraná, en donde me hallaba con mi regimiento poniendo una puerta impenetrable para todos los enemigos de mi patria”.
Como Tristán no era español sino americano -había nacido en Arequipa- el creador de la bandera tenía esperanzas de que pudieran entenderse.
Agregaba: “Fui el pacificador de la gran provincia del Paraguay. ¿No me será posible lograr otra tan dulce satisfacción en estas provincias? Una esperanza muy lisonjera me asiste de conseguir un fin tan justo, cuando veo a tu primo y a ti de principales jefes”.
Tristán le contestó, y Belgrano envió otra carta, el 26 de abril, desde el campamento de Campo Santo.
Seguía con esperanzas. “Si hubiera al menos una pequeña parte contigo y los demás buenos americanos en la pacificación de nuestro suelo, te aseguro que me llamaría feliz y ese día gustoso cerraría mis ojos. Por eso he trabajado y sufrido lo que no te puedes figurar; porque jamás me han movido otras relaciones ni intereses que los de mi patria”.