Informes emitidos por el Cabildo de Tucumán
Tienen interés algunos párrafos de los informes sobre el clima reinante, que el Cabildo de San Miguel de Tucumán elevaba al Real Consulado, en la década final de la colonia.
En septiembre de 1800, por ejemplo, daba cuenta de “una constante seca”, entre mayo y agosto. Esto además de “continuos yelos (hielos), tales que en muchos años no se han conocido en esta jurisdicción; a cuya causa o de la falta de lluvias se han experimentado y experimentan varias epidemias de las que, y por muertes repentinas, han fallecido en esta ciudad y sus campañas mucha gente, la mayor parte pobres”. Se había observado “un solo temblor, poco perceptible”.
En enero de 1804, por ejemplo, se refería a los cuatro últimos meses del año anterior. “La cosecha de trigo ha sido sumamente escasa por la falta de heladas del invierno, y se vende la carga de 8 a 9 pesos”. Las lluvias, que “principiaron temprano” han sido “copiosas y abundantes hasta ahora, por cuyo motivo y la fertilidad de los campos las carnes han estado buenas y gordas”. Destacaba que el 15 de octubre hubo, por un cuarto de hora desde las dos y media de la tarde, “un fuerte huracán” que destechó “cuarenta y tantos ranchos de la orilla y hubo mucho destrozo en los árboles, derribando unos y tronchando a otros”.
El 21 de diciembre, “a cosa de la media noche” había desbordado “el río de esta ciudad, que no obstante hallarse distante una legua inundó toda su campiña llegando hasta el bajo de ella y destrozando varios ranchos”. Apuntaba que “los antiguos nunca vieron ejemplar igual”.