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PEDRO ROCA. Junto con Juan de La Cruz Piedrabuena, fue designado edecán para el “decoro” del Congreso

Nombramiento de portero y de dos edecanes.


Documentos que guarda la sección Comprobantes de Contaduría del Archivo Histórico de Tucumán, suministran más de un detalle para la “pequeña historia” del Congreso de 1816. Por ejemplo, el 24 de marzo de ese año, la Contaduría, por orden del gobernador, recibe de Magdalena Álvarez “un chuse nuevo para enalfombrar la casa destinada para las sesiones del Soberano Congreso”. Con la voz de origen quichua “chuse”, se designaba a una pequeña alfombra, de tejido rústico.

Ese mismo día, se nombraba a Francisco Llanos “portero destinado a cuidar del aseo y seguridad de la Sala y Casa de Sesiones y Secretaría del Cuerpo Soberano”. Además, se designaba a Lorenzo Plaza y José Martínez, para que le colaborasen.

El 30 de abril, la Contaduría abonaba 40 pesos, “importe de una mesa grande de nogal torneado, con 4 cajones y sus correspondientes cerraduras, la que se ha dado al Soberano Congreso por orden del Gobierno”. Igualmente, se pagaban 7 pesos por “una suela descarnada para carpeta de la citada mesa”, y por “las tachuelas para clavarla”.

El 10 de mayo, se satisfacían 6 pesos por “la compostura del coche que lleva al Excmo. Supremo Director”, que era Juan Martín de Pueyrredón, en “los dos ejes”. El 18 de julio, se avisaba a la Contaduría que el Congreso resolvió, “para expedirse con decoro en sus funciones”, nombrar dos edecanes. Eran los capitanes graduados Pedro Roca y Juan de la Cruz Piedrabuena, ambos “con el empleo efectivo de capitán y grado de sargento mayor”. Tendrían “el sueldo de capitán de infantería”, más una “ayuda de costas para el caballo que deben mantener”.