Las juiciosas recomendaciones de Heredia.
Cuando iniciaba su carrera pública, como ministro de Gobierno de Salta, el tucumano Marcos Paz (1811-1868) se carteaba asiduamente con su comprovinciano y amigo, el gobernador de Tucumán Alejandro Heredia (1786-1838). Este solía darle largos consejos, en misivas que editó la Universidad de La Plata en el “Archivo del coronel doctor Marcos Paz”. Lo animaba, decía la carta del 28 de enero de 1837, “el deseo de que usted atinase con los medios del acierto, y esto basta a mi interior satisfacción. La desconfianza que el hombre tiene en sus obras no nace tanto de la edad juvenil, como del grande deseo de hacer el bien; de aquí resulta una inquietud que suele trocar en fastidio; esto es preciso disiparlo examinando si lo hecho tiende al bien de sus conciudadanos”, escribía el general-doctor Heredia.
Agregaba que “aunque no sea lo mejor, basta que sea bueno para tranquilizarse con la esperanza de que mejorará; pues sólo las obras del Creador salen perfectas de su mano, lo que no es concedido al hombre, siempre expuesto a errores que sólo puede enmendar con la corrección y el trabajo”. Lo incitaba a no desmayar, aunque se le presentasen “montes de dificultades” que, al vencerlas, le irán formando “la costumbre de superarlas”. Y le recomendaba: “no haga caso de la vocinglería de los teoristas, que las más veces gritan no por el deseo del bien, sino para ostentar en los estrados una erudición de la que carecen”. Esto porque “la ciencia de mandar es práctica, y de la teoría sólo pueden sacarse reglas generales, cuya aplicación con fruto nace inmediatamente de la meditación y el tino”.