La acción del tucumano Julio López Mañán.
No creemos que alguien recuerde que ese talentoso tucumano que fue el doctor Julio López Mañán (1878-1922), propuso fundamentales cambios en la política de la Argentina sobre sus bosques, cuando –luego de su diputación al Congreso- fue nombrado (1912-14) director de Agricultura y Defensa Agrícola, organismo nacional. En la Conferencia de Gobernadores de Territorios, de 1913, López Mañán concurrió representando al Ministerio de Agricultura.
Expuso allí que había organizado dos comisiones para inventariar “in situ” la totalidad de los bosques, y confeccionar el Mapa Forestal Argentino, para que conociéramos la cuantía de ese patrimonio. Marcó como tema clave la falta de presupuesto. Mocionó que “los recursos necesarios para el control de la riqueza forestal se refuercen en la medida suficiente, a fin de que se puedan adoptar cuanto antes las condiciones de legislación y de fiscalización que más nos convengan”.
Quedó satisfecho –narraría en carta de ese año al ingeniero Miguel F. Casares- con haber logrado imponer esa idea en el despacho final que elaboró la Conferencia. Es decir, que las recetas se reduzcan a dar “los fondos necesarios para que hagan la investigación, la defensa y el cuidado de los bosques”. Informaba además a Casares que “en este mes voy a comenzar, por Neuquén y por Formosa, a aplicar un decreto del Poder Ejecutivo que me autoriza a cobrar 50 centavos por cabeza de ganado mayor y 10 por idem menor, por pastaje en la tierra fiscal con bosques, e invertir su producto en pago del personal necesario y en mejoras para la defensa de aquellos”.
“Imaginará –agregaba- el ‘gustazo’ que tengo por haber obtenido ese decreto que, sin intervención del Congreso, me permite hacerme de recursos para picadas, caminos, puentes, teléfonos, etcétera. Estoy resuelto a todo por los bosques”.