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DOMINGO DEL CAMPO. Oriundo de Tucumán, residía en Santa Fe y fue concejal en Buenos Aires.

Domingo del Campo aspiraba a una diputación


Entre las personalidades de actuación en Tucumán a fines del siglo XIX y comienzos del XX, hubo dos señores llamados Domingo del Campo. Uno permaneció aquí, donde ejerció como médico y fue legislador. El otro, también médico, se radicó en Santa Fe: a este último se refieren las líneas que siguen.

“El Orden” del 18 de noviembre de 1905 reprodujo una nota de Del Campo dirigida al presidente de la Unión Popular: era la flamante agrupación política que, poco después, llevaría al gobierno, en forma sucesiva, al ingeniero Luis F. Nougués y al doctor José Frías Silva. Solicitaba el doctor Del Campo que, por intermedio de la Unión Popular, “el pueblo de Tucumán me dé la representación nacional en la Cámara de Diputados, en los comicios de marzo próximo. Soy, señores, hijo de esta provincia y tengo 63 años”.

Afirmaba que solamente una vez había actuado en política, como concejal de la Municipalidad de Buenos Aires, en tiempos del presidente Miguel Juárez Celman. Buscaba ahora la diputación tucumana, decía, “no por sus ventajas materiales, pues poseo medios propios de decorosa subsistencia, sino como pedestal desde el cual creo poder prestar a nuestro país un servicio trascendental, haciendo traducir en la ley el pensamiento institucional que esbocé en la conferencia que tuve el honor de dar en ésa, en julio pasado”.

Comentaba “El Orden” que, con esa oferta nada habitual, “el doctor Del Campo dá un ejemplo saludable de franqueza, siguiendo un procedimiento ‘yankee’ eminentemente democrático, que ha de impresionar favorablemente a la opinión, propiciándole un buen número de simpatías”. Pero la propuesta quedó como mera curiosidad. No tuvo eco, que trascendiera al menos, en la Unión Popular, ni se volvió a hablar de ella.