Juicios del historiador Vicente Fidel López
No se reunió el soberano Congreso el 1 de diciembre de 1816. En su “Historia”, Vicente Fidel López se refiere largamente a los diputados que lo integraban. A su juicio, “se hallaron en una de las situaciones más raras en que puede hallarse una colectividad de su especie”. Todos ellos “pertenecían, indudablemente, a la clase más conocida y mejor relacionada de la nación: tenían el mismo espíritu patrio, iguales propósitos, iguales intereses generales”.
Pero “acababan de salir, uno a uno, de sus diversas provincias, y se hallaban en el lugar designado, sin haberse puesto en contacto o de acuerdo en las cuestiones orgánicas del momento, sin conocerlas, sin traer ideas comunes de la intención o de la marcha a seguir, y sin más criterio sobre lo interno que el que le había inspirado el espíritu local de la provincia que los había escogido”.
En efecto, los de las provincias, fueron designados “bajo el espíritu de una sacudimiento como el de abril (de 1815), que respondía, sin tino ni reflexión, al deseo de destruir el influjo de Buenos Aires en los negocios nacionales”. Y los de Buenos Aires, “con una tendencia análoga y acentuadísima, aspiraban también a librar a su provincia del peso enorme que le imponían los celos, la pobreza, las rencillas, la incómoda malquerencia de las demás”. Claro que esta analogía, a juicio del historiador López, era meramente aparente.
“La intención solapada de ‘dominar’ a la capital que ocultaban los hombres de las provincias, y la de ‘rechazar’ esa dominación que tenían los de la capital, hacían imposible encontrar una forma orgánica y práctica que los conciliase en un terreno común”. Sólo quedaba, para lograrlo, el recurso de la fuerza del caudillaje, “representado entonces por Artigas”.