Imagen destacada
MIGUEL CALIXTO DEL CORRO. El manifiesto se detenía en su actitud ante el arrebato de la correspondencia.

Manifiesto del Congreso en el caso Cabrera.


No hubo sesión del Congreso el 15 de septiembre de 1816. Pero perduraba la desagradable impresión suscitada en el cuerpo por las expresiones de José Antonio Cabrera. Varios meses más tarde, se daría a luz (2 de diciembre) un documento: el “Manifiesto acerca de la conducta del Congreso en la desagradable ocurrencia del diputado de Córdoba don José Antonio Cabrera”.

De acuerdo a la síntesis del historiador Leoncio Gianello, el manifiesto se refería largamente a la sustracción de la correspondencia que conducía Cayetano Grimau y Gálvez, y a la actitud que, en tal suceso, había tenido el diputado por Córdoba, Miguel Calixto del Corro. También exponía los debates originados por tal asunto; las expresiones de Cabrera y su “abuso” del principio de inviolabilidad de los diputados, cuando “en ninguna parte del mundo civilizado se puede calumniar a otro impunemente”.

Asimismo, se refería a la imputación de Cabrera contra los diputados de Buenos Aires, y a la amenaza que hizo de retirarse de la sala –apoyado por Eduardo Pérez Bulnes y Gerónimo Salguero- suponiendo atacada la libertad de opinar. El manifiesto empleaba varias páginas para desarrollar sus disposiciones acerca de la libertad de expresión. Insistía en la falsedad de la imputación que Cabrera formuló, sobre supuestos agravios inferidos al pueblo de Córdoba, cuya representación, decía, “estaba por desgracia depositada en aquellas manos”.

El manifiesto concluía invitando al pueblo a juzgar imparcialmente, y decir “si ha podido ser más moderada y circunspecta” la conducta del Congreso “con los diputados de aquella provincia; si ha ofendido algo de sus derechos y ha hecho algo más que sostener el decoro de la majestad de los pueblos que representa”.