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CAYETANO GRIMAU Y GÁLVEZ. Una acuarela de Fortuny reconstruye la figura del mensajero del Congreso, al galope

Suceso que complicaba al diputado Del Corro.


El Soberano Congreso, en su sesión del 3 de setiembre de 1816, trató “una abultada correspondencia”. Entre esos documentos, estaba un oficio del Director Supremo, del 13 de agosto, donde informaba sus gestiones para la pacificación de Santa Fe, y el envío hacia allí, como comisionado, al vocal de la Cámara, don Alejo Castex.

Por su parte, el gobernador de Córdoba, José Javier Díaz, comunicaba “una insurrección de aquella ciudad promovida por algunos oficiales y la tropa de la guarnición, con el objeto de dirigirse en auxilio a Santa Fe, y tomar parte en los empeños de aquel pueblo sustraído enteramente del orden”.

Se trató luego el serio caso del ayudante mayor Cayetano Grimau y Gálvez. Este conducía unos pliegos del Congreso rumbo a Buenos Aires, y en Córdoba el gobernador Díaz le entregó otros. Pero a poco de salir, fue despojado de esa correspondencia, en un hecho donde parecía implicado el diputado Miguel Calixto del Corro.

El Director dio parte al Congreso de la pérdida, advirtiendo que “quedaba activando las más prolijas indagaciones para poner en claro los autores de sustracción tan escandalosa, que atentaba del modo más criminal los respetos del Congreso”. El cuerpo resolvió pedir que se le remitieran las indagaciones una vez concluidas.

Gazcón pidió que el oficio del Director se adjuntara a los documentos relativos a los pliegos sustraídos, y que se procediera contra los delincuentes. Los diputados Pacheco de Melo y Salguero apoyaron la moción. El primero dijo que lo hacía “por el honor del diputado Del Corro”. Luego de una breve discusión, este temperamento fue aprobado, resolviéndose que el acuerdo fuera cabeza del proceso.