La rebaja suscitó la renuncia de Aráoz
Los diputados por Tucumán al Congreso que declaró la Independencia en 1816, doctores Pedro Miguel Aráoz y José Ignacio Thames, tenían asignadas dietas por sus funciones. Las mismas eran costeadas por el Cabildo de San Miguel de Tucumán, que había fijado con este propósito un impuesto sobre las carretas cargadas, las tiendas de comercio, los artesanos, los vendedores de ganado por cada cabeza, etcétera. Las dietas se hicieron aún más necesarias a Aráoz y a Thames cuando, a comienzos de 1817, el Congreso de las Provincias Unidas se trasladó a Buenos Aires.
Además, el monto empezó a sufrir rebajas. Estaba fijado en 2.000 pesos anuales, y en 1818 se lo recortó a 1.500. El 9 de abril de 1818, el doctor Aráoz consideró intolerable esta situación, que se agravaba más por inconvenientes en su salud, y presentó la renuncia a la diputación.
Decía que con la rebaja “nos reduce el precioso sueldo” que tenían en Buenos Aires, y que lo necesitaban por carecer allí de “los recursos que proporciona el propio suelo, las relaciones de sangre y origen, baratura y abundancia”. Le parecía que “no hay un justo motivo de minorar más dietas, exponiendo a la diputación a sacrificios que, o deshonoren su alto carácter, o degraden el decoro mismo del pueblo que los destina”. Esto suscitó una urgente reunión del Cabildo de Tucumán y la Asamblea Electoral, donde se rechazó la dimisión de Aráoz y se le volvieron a acordar los 2.000 pesos.
Pero, al parecer, los problemas de salud de Aráoz tenían importancia. Presentó su renuncia al Congreso, que la aceptó el 10 de octubre de 1818, y se volvió a Tucumán. Un trabajo de 1966 de Úrsula Marta Brackmann, “Las dietas de los diputados tucumanos”, estudió minuciosamente toda esta cuestión.