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FRANCISCO MARINA ALFARO. Fue rector del Colegio Nacional y enseñó allí durante dos décadas.

La destacada trayectoria de Marina Alfaro.


Personaje muy interesante y distinguido, en el Tucumán de fines del XIX y comienzos de XX, fue el doctor Francisco Marina Alfaro. Merece un recuerdo. Salteño nacido en 1858 y doctor en Derecho, se radicó muy joven entre nosotros. Su acción educativa fue larga y destacada. Rector del Colegio Nacional de 1890 a 1897, durante más de 20 años dictó allí las cátedras de Matemáticas y de Filosofía. Asistió como delegado a la Conferencia del Profesorado Nacional, que convocó al ministro Joaquín V. González en la segunda presidencia Roca.

Fue juez federal de 1896 a 1903, y en ese carácter dictó fallos notables por su criterio y su erudición de jurista. Asimismo, fue abogado del Banco de la Nación, del Banco Hipotecario Nacional, del Ferrocarril Central Córdoba y de otras empresas importantes, así como concejal de la Municipalidad.

Era un hombre singularmente piadoso y caritativo, cuya acción de buen cristiano fue reconocida con una condecoración de la Santa Sede. Bajo su dirección, se construyeron el -ya demolido- templo de las Hermanas Franciscanas y la capilla de las Hermanas Josefinas. Actuó también en la comisión constructora del Hospital Mixto, hoy “Ángel Cruz Padilla”. Falleció el 20 de junio de 1922.

En la Legislatura, Gaspar Taboada expresó que Marina Alfaro “ha brillado indudablemente por su saber, por su inteligencia, por sus virtudes, en todos los cargos expectables, provinciales y nacionales, que ha desempeñado con no superada competencia y probidad, con singulares y eminentes características, que hacen su mejor elogio”. Así, “perdurará en todos lo que fueron sus discípulos, el recuerdo del maestro respetable y amado, lleno de autoridad; y en todos lo que le conocieron, el del ciudadano y el magistrado lleno de ilustración, caballeresco, íntegro y leal”.