Misiones de Domingo T. Pérez en Tucumán.
Domingo Teófilo Pérez fue dos veces interventor federal en Tucumán. En ambas ocasiones, se le encargó restituir la normalidad institucional a la provincia. En 1894, debió organizar la elección de gobernador, luego de la revolución armada de la Unión Cívica Radical, ocurrida el año anterior. Y en 1905, tuvo que organizar un nuevo Registro Cívico y reiterar comicios de senadores y diputados, ya que de los anteriores habían surgido cámaras “dobles”.
Pérez es, con justicia, uno de los próceres jujeños de la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del XX. Fue juez y presidente del Superior Tribunal de Justicia de su provincia, y actuó en primera línea en los turbulentos sucesos allí desarrollados en 1879. Fue ministro y gobernador delegado, interventor federal en Corrientes, diputado y senador al Congreso de la Nación.
Gestionó y obtuvo obras públicas de mucha importancia para Jujuy: el gran puente que lleva su nombre, la creación de la Escuela Normal y de la Biblioteca Popular, la construcción e instalación de las obras sanitarias, la edificación de numerosas escuelas en el interior, para citar sólo algunas. La conexión ferroviaria de Jujuy con Bolivia, constituyó su preocupación constante.
Vicente Cutolo destaca que, en el Congreso, Pérez “hablaba con convicción y fluidez, sin haberse preocupado por cultivar la oratoria, y su voto jamás fue incondicional ni violento”. En las sesiones donde se trataron los pactos con Chile, resaltaron “la moderación de su tono y la inflexible, convincente lógica de los argumentos”. Se mostró como un “dialéctico vigoroso”, que “expone, deduce, documenta y comprueba de manera irrefutable sus conclusiones”. Pérez había nacido en Jujuy el 7 de enero de 1853, y murió en Buenos Aires el 18 de mayo de 1910, en momentos en que ejercía la presidencia del Senado de la Nación.