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JUAN ROGELIO ALVELO. A la derecha, aparece al asumir la intervención de Tucumán, junto al comisionado interino saliente, doctor Enrique Forn

El golpe canceló la elección de Tucumán.


Se cumplen hoy 76 años de la revolución militar que derrocó al presidente Ramón S. Castillo. Para Tucumán, el movimiento representó una peculiar circunstancia institucional, ya que vino a cancelar la elección de gobernador que acaba de convocarse por segunda vez. En la primera (octubre de 1942), había sido imposible reunir el Colegio Electoral y, por esa causa, la Provincia estaba intervenida. Viendo la imposibilidad de que sesionara el Colegio, el comisionado Alberto Arancibia Rodríguez resolvió finalmente dejar sin efecto esa elección y llamar a otra nueva. En ella, los radicales, cuyo candidato era el ex gobernador, doctor Miguel M. Campero, se enfrentarían con los conservadores del Partido Demócrata Nacional. Estos postulaban al doctor Eduardo Paz, en sustitución de su candidato de 1942, doctor Adolfo Piossek.

Firmado el decreto, el 3 de junio partió Arancibia Rodríguez a Buenos Aires. Iba a entregar su renuncia a la misión, que dejaba a cargo de su ministro de Gobierno, el doctor Enrique Forn. Al llegar su tren a Retiro, supo que las tropas estaban en la calle.

El presidente militar, general Pedro Pablo Ramírez, dispuso que, por el momento, se hiciera cargo de la intervención a Tucumán el coronel retirado Juan Rogelio Alvelo, quien se desempeñaba como jefe de Policía de Arancibia Rodríguez. El 9 de junio asumió Alvelo, y el 11 de agosto transfirió la misión a su ministro de Gobierno, Clemente Zavaleta. Días después, el 24, asumió como interventor federal de Tucumán el doctor Alberto Baldrich. La provincia seguiría intervenida hasta mayo de 1946, fecha en que asumió la gobernación el mayor retirado Carlos Domínguez, candidato del Partido Laborista consagrado en las elecciones de febrero de ese año.