Posibilidades de la Quebrada del Portugués.
En una de sus cartas a Ernesto Padilla, fechada el 13 de mayo de 1939, Alberto Rougés (1880-1945) se refería incidentalmente a la cuestión, entonces en debate, sobre el derrotero que debía seguir el nuevo camino a Tafí del Valle y a Amaicha, parajes hasta entonces inaccesibles para los autos.
Decía Rougés que “el ingeniero Roberto Robles Mendilaharzu sostiene la solución del camino por Acheral, pero Monteros se está moviendo con todo brío en pro de la solución de la Quebrada del Portugués”. Contaba que Juan Alfonso Carrizo había hablado ese día con el gobernador Miguel Critto al respecto, “en presencia de aquel ingeniero, y, según me dice, lo ha entusiasmado al gobernador”.
Según Carrizo, tenía resuelto Critto ir a Tafí “por la Quebrada del Portugués y volver por Acheral”. Comentaba Alberto Rougés que “es increíble la ligereza de los ingenieros que han intervenido en este asunto. Carecen de una visión social: no ven que el parque de La Florida, que es de la Provincia, necesita un camino, que es el camino a Tafí. No ven tampoco que el camino es largo y que no interesa sólo el punto de llegada, por ser camino de turismo, sino también su recorrido y la posibilidad de que se funden, en el trayecto, nuevas villas veraniegas a diversas alturas”.
Consideraba Rougés que un camino por la Quebrada del Portugués “conserva, en todo su recorrido, vestigios de las poblaciones indígenas que lo habitaban, porque las localidades que recorre son adecuadas para ser pobladas, al revés de lo que ocurre en la quebrada de Caspinchango”. Como se sabe, no fue el criterio de Rougés el que se aplicó, finalmente, para trazar el camino a los Valles.