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JUAN MARTÍN DE PUEYRREDÓN. El Director Supremo, vuelto de su viaje al norte, fue recibido por el Congreso.

Pidió sesión secreta para rendir su informe.


Al abrir la sesión del Soberano Congreso del 28 de junio de 1816, se anunció que el Director Supremo, general Juan Martín de Pueyrredón, se presentaría durante las deliberaciones. Se acordó, entonces, “el ceremonial para recibirlo”, del modo “que correspondía tanto al decoro del cuerpo soberano, como a la autoridad del Poder Ejecutivo”. Entretanto, se consideraron los puntos que se fijarían como objeto preferente de las sesiones. Se resolvió nombrar una comisión para el tema “pactos de provincia”. La de temas militares quedaría a cargo de la ya designada para considerar el reglamento, donde intervenía el Auditor de Guerra.

Juan José Paso preguntó “a que se terminaban” esos pactos. Esteban Gazcón dijo que, por ahora, debían ser “sólo preliminares a la Constitución, generales y dirigidos a consolidar la unión”, la defensa y felicidad comunes, y sin abarcar los demás pactos que juzgasen convenientes las provincias, “las que debían tomar su ser y entidad, de la forma de gobierno que se adoptase” José Malabia advirtió que no tenía instrucciones suficientes al respecto.

A esa altura, uno de los edecanes anunció que llegaba el Director Supremo. Se lo recibió con el ceremonial acordado y, tras tomar su sitial a la derecha del presidente, Pueyrredón solicitó sesión secreta “para evacuar el informe que había prometido de los resultados y pormenores de su viaje al ejército y a Salta”. Luego manifestó al Congreso “su obediencia, respeto y disposiciones a sostener sus deliberaciones”. El presidente se declaró complacido por la exposición, y dijo que “sería tomada en consideración, para comunicarle las órdenes convenientes antes de su partida”. Todo, según la crónica de “El Redactor”.