Patriota tucumano de importante actuación
Una figura destacada de tiempos de la Revolución de Mayo y de las dos décadas que siguieron fue el tucumano José Miguel Díaz Vélez. Nació aquí en 1773 y se graduó de abogado en Chuquisaca en 1796. Vuelto al país, se radicó en Concepción del Uruguay y se plegaría de inmediato a la causa patriota, en 1810. Manuel Belgrano lo nombró Comandante General de los Partidos de Entre Ríos, cargo que desempeñaría hasta 1814.
Fue miembro de la Cámara de Apelaciones de Buenos Aires y el Cabildo lo comisionó ante José Gervasio Artigas, en 1815. Al año siguiente se lo nombró vocal de la Junta de Observación, y partió a Santa Fe para negociar la paz con los caudillos del litoral, propósito que no logró. En 1818 lo eligieron diputado por Tucumán al Congreso Nacional, que se había trasladado de su ciudad natal a Buenos Aires. Fue dos veces presidente y vicepresidente de ese cuerpo y firmó la Constitución sancionada en 1819. Posteriormente, acompañó a Carlos de Alvear en la misión diplomática ante Simón Bolívar, para gestionar la incorporación de Tarija a las Provincias Unidas.
Al producirse el levantamiento de Juan Lavalle contra el gobernador Manuel Dorrego, en 1828, Díaz Vélez apoyó al rebelde militar. Este lo designaría secretario general de despacho en su ejército. Sus biógrafos afirman que trató de evitar el fusilamiento de Dorrego.
Cuando Lavalle tomó el gobierno de Buenos Aires nombró al doctor Díaz Vélez ministro de Guerra y Marina. La caída de esa administración lo obligó a exiliarse en Paysandú, donde poseía un establecimiento de campo. Allí falleció, el 20 de marzo de 1832. Afirma Vicente Osvaldo Cutolo que Díaz Vélez era hombre de gran fortuna, que se arruinó por su contribución generosa a la causa de la patria. Una de sus hijas, Luisa, se casó con el general tucumano Gregorio Aráoz de La Madrid.