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Aporte de Tucumán al mausoleo de Belgrano.
En mayo de 1896, la Comisión Ejecutiva del Mausoleo de Belgrano pidió a la Provincia de Tucumán una colaboración económica. Por unanimidad, ambas Cámaras de la Legislatura acordaron 5.000 pesos a la obra, por ley que promulgó el 22 de octubre el gobernador interino, doctor Pedro Koch, y el ministro, doctor Alberto de Soldati.
En el Senado correspondió informar el proyecto al gran orador Silvano Bores. “Belgrano fue un ejemplo: la propaganda armada de la Revolución”, dijo. “Y jamás la devastación siguió el paso de sus ejércitos, ni después de los combates se escuchó el lamento de los vencidos. General y hombre de letras, guerrero y pensador, hería con la espada y curaba con el bálsamo de la idea: era el profeta de una nueva nación, sereno, convencido y justo, como el representante de una misión providencial”.
Agregó: “No busquemos en los campos de Tucumán y Salta el pavoroso estremecimiento de los grandes choques armados, ni las atronadoras dianas de las sangrientas victorias. Se van esos días de gloria como se va el sol, entre los perfumes de la tarde y los santos murmullos de la oración. En la falda del Aconquija o al pie del San Bernardo, se habla al Dios de la Patria, como la futura causa común de todos los hombres y de todas las razas”.
Luego de otras consideraciones, cerró elocuentemente su discurso. “Señor Presidente: es a la memoria de este hombre que lleva el proyecto de ley la gratitud de Tucumán, de la provincia que ennobleció en la historia, y debemos ponernos de pie para sancionarlo. Un minuto de gloria nos envuelve. He dicho”.