La minuciosa descripción del general Mitre.
El general Bartolomé Mitre, cuya “Historia de Belgrano” no ha sido superada, describe minuciosamente el aspecto físico del creador de la bandera nacional. “Era de regular estatura, de ojos grandes, de color azul sombrío, de cabello rubio y sedoso, de color muy blanco y algo sonrosado, cuya apariencia hacía recordar el tipo de las razas del norte de Europa”, escribía.
Su fisonomía “era bella y simpática, y el carácter que prevalecía en ella era el de una grave serenidad. Su cabeza era grande y bien modelada”. La nariz aparecía “prominente, fina y ligeramente aguileña, prolongándose su perfil en la dirección de la inclinación de la frente”. Tenía una boca “amable y discreta, y la barba ligeramente saliente y acentuada por un pliegue”. Era “escaso de barba, no usaba bigote y llevaba la patilla corta a la inglesa, como se ve en los retratos de la ultima época de Washington, que era su modelo político”.
Las maneras de Belgrano “eran sumamente cultas, sin afectación; sus gestos y ademanes muy medidos, aun cuando reprendía a sus subalternos”. Tenía una conversación, “amena y seria, y a veces algo pintoresca, aunque sin brillo y con poco caudal de ideas profundas”. Poseía hábitos “morigerados, siendo muy parco en su mesa, sencillo en el vestir”. Era alguien que “leía y escribía mucho, dando apenas tres o cuatro horas al sueño”. Apreciaba mucho “la sociedad de las señoras, y solía decir que algo de lo que sabía lo había aprendido de ellas; agregando que el hombre que cultiva su trato se hace amable y sensible, se acostumbra a ser delicado y muestra tener nobles inclinaciones”.
A pesar de tener “contextura delgada”, desarrollaba “una gran actividad corporal, que lo hacía sobreponerse a toda fatiga”.