Petit de Murat destacó su alma de poeta
El tucumano Sixto Pondal Ríos (1907-1968) fue una destacada figura de las letras argentinas. A juicio de su gran amigo Ulyses Petit de Murat, su valiosa obra poética “quedó un tanto oscurecida por el éxito que logró en el teatro y el cine”. Pero, agrega, este joven “que se incorporó a los 19 años de edad a la revista ‘Martín Fierro’, nunca dejó de trabajar en la realización de su ser a través de la alta transfiguración de su poesía”.
Señala que “no perteneció a la raza ramplona de fabricantes de versos, este gran poeta cuya voz se levanta, cada vez más audible, del manojo de cenizas que se mezclan a la tierra de su nativo Tucumán”. Es que Pondal Ríos, “porque respetaba de verdad la poesía, esperando sus anunciaciones, se permitió toda clase de ejercicios menores”.
Por eso “fue un triunfador en el cine y en el teatro, y los lívidos envidiosos de la ofensa impresa al poema, que sigue aún más inédita después de publicada, no se lo perdonaron. Para soneticidas y versíferos de toda laya no fue agradable, por ejemplo, que a uno de sus argumentos lo llevaran al cine Fred Astaire y Ginger Rogers: para ellos una dimensión desconocida, rutilante, que para Pondal constituía un mero manojo de dólares”.
Pondal Ríos “no forzaba el poema; lo esperaba con unción, en silencio y en soledad. Muchas veces la obstinada poesía que había sido su vocación medular desde los ocho o nueve años de edad, abría claros, y se pasaba noches elaborando composiciones que le gustaba dejar, por largos períodos, en los cajones de su escritorio de Belgrano, para tomar una decena de veces la tarea alucinante, la única que de verdad conformaba su espíritu”. Por eso “negó siempre haber abandonado la poesía” y publicó un poema en “La Nación” en vísperas de su muerte.