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TEODORO ROOSEVELT. Saliendo del templo de La Merced, saluda con el sombrero. Lo flanquean el gobernador Ernesto Padilla y el presbítero Sixto Colombres.

La tarea educativa de Tucumán, en 1914.


Sobre su visita a Tucumán de 1914, el ex presidente de Estados Unidos, Teodoro Roosevelt, publicó una extensa crónica en el diario “The Outlook”, de Washington, que LA GACETA reprodujo traducida al castellano. Entre muchas otras cosas, narraba allí que había visitado “dos de las escuelas industriales para niñas”.

Comentaba que “la principal enseñanza se prodiga en la ciencia casera, como dicen, o sea en aprender a ser dueña de casa. También vimos una clase de telegrafía y otra de bordados. La instrucción principal es en las artes domésticas, la cocina, la costura, como también a tejer, lo que mucho se hace en el país. Da gusto ver cómo se ha desarrollado en Argentina el sistema moderno de educación y extensivo a la mujer”.

Apuntaba que “cincuenta años atrás, nada se hacía por la mujer y su posición en la sociedad era de manifiesta inferioridad a la del hombre. Ahora no se omite esfuerzo en dotar a la mujer de una educación no inferior a la del hombre; y hasta donde pude apercibirme, no solamente se practica un método inteligente de lo que es más ventajoso para la mujer -como en los Estados Unidos y norte de Europa- sino que también se procura evitar lo inconveniente”.

Expresaba Roosevelt que “en suma, quedé impresionado del punto de vista educacional, como que es una notable demostración de un gran esfuerzo. En esta ciudad subtropical del norte de la Argentina, la consagración de los maestros y su inteligente aplicación de los métodos modernos; la universalidad de la educación a los niños; el tipo de educación superior que se practica como un ideal realizable, y también la forma de entrenamiento físico y deportes, son exponentes de reflejarían gran crédito a cualquier ciudad progresista de nuestro país”.