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MENDOZA Y 25 DE MAYO. La esquina hacia 1872. En esa época, la calle Mendoza se llamaba Bolívar.

“El Congreso de Tucumán”, de Paul Groussac


En 1912, Paul Groussac evocó las viviendas céntricas de la época del Congreso de la Independencia, que aún subsistían cuando él vino a Tucumán, en 1871. En la plaza, por el norte, estaban las de Agapito Zavalía, Valladares, Romero (ya de don José Padilla), a metros de San Francisco. Al poniente, junto al Cabildo, vivían los descendientes de la heroína Fortunata García, y “las casas vecinas, de Frías y Padilla, habían reemplazado la de Domínguez (antiguo correo) y el hogar paterno de Alberdi; así como en la esquina, la de Méndez era antiguo solar de Rodríguez Bazán, frontero del canónigo y diputado Thames”.

Al naciente, mirando la plaza, la antes casa de Gondra (ya de Felipe Posse), “hacía cruz con la del ex jesuita Villafañe”. Seguían “la de Aguilar (Cainzo) y, en la esquina sudeste, la de Garmendia”. La acera sur, incluida la Catedral, era toda posterior a 1816.

De las calles adyacentes a la plaza, la principal era la ya llamada Congreso. “Allí subsistían todavía en mi tiempo los que fueron hogares de Gramajo, Ibiri, Zavalía, Valderrama, Díaz Vélez y otros muchos. Daba su nombre a la primera cuadra la familia de Silva –alegría del barrio- cuya casa lindaba con la de los Aráoz”.

Y por fin, a la mitad de la segunda cuadra, “se encontraba y se encuentra –según me cuentan, muy remendada y peripuesta desde su promoción a reliquia oficial- la desvencijada vivienda que en sus buenos tiempos perteneció a doña Francisca Bazán de Laguna”, y donde sesionó el Congreso. “Siquiera se ha conservado, al parecer intacto, el salón histórico, tal como lo conocimos, destartalado y solo, hace cuarenta años”.