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JUAN MANUEL DE ROSAS. Su sistema dictatorial desarrolló “un sistema de sugestiones psicológicass” para lograr obediencia.

Un ensayo penetrante de Julio López Mañán.


En un interesante capítulo de “Tucumán antiguo”, Julio López Mañán estudió las características del Derecho vigente en Tucumán en la época de Rosas, proporcionando ilustrativos ejemplos. En la introducción, señalaba que la previa anarquía “presenta como fenómeno jurídico, o sea del lado psicológico, una notable prueba de la génesis y evolución del Derecho por el ejercicio de la autoridad”.

A juicio de este autor, la anarquía determinó los grandes lineamientos de la tarea posterior que iba a desarrollar la tiranía. “Parece evidente que no había otro medio para salir de aquel desorden, que el establecimiento de autoridades respetables y el sojuzgamiento violento de las personas, procurando la formación de la noción subjetiva del acatamiento de ley o la autoridad”.

Por eso la tiranía encaró una “acción excesiva sobre las personas, hasta desarrollar todo un complicado y curioso sistema de sugestiones psicológicas que las redujeran a la obediencia”. Y de ahí también que “en las regiones en que la mansedumbre caracteriza a los pobladores, la tiranía haya sido más benigna y apacible”.

Fue el caso de Tucumán, “donde los largos gobiernos de Alejandro Heredia y Celedonio Gutiérrez, ocupan casi todo el período de su duración, con breves paréntesis o interregnos que casi no turban su marcha regular”. Desarrollaba luego los numerosos ejemplos.   

Así, si la tiranía puso en el país “las fundamentales bases psicológicas del Derecho -como fenómeno de la conducta- la historia tendrá que abonarle en cuenta algo más que la extirpación de la anarquía, fase al fin transitoria, y reconocer que tuvo una misión que cumplir y que la cumplió dura y dolorosamente, como su naturaleza lo imponía”.