Imagen destacada
DOCTOR ERNESTO PADILLA. En su época de gobernador, con sombrero bombín, conversando en una calle de Tucumán. LA GACETA / ARCHIVO

Alto cargo al ex gobernador Padilla.


En 1941, el ex gobernador de Tucumán, doctor Ernesto Padilla (1873-1951) ya residía en Buenos Aires. Fue designado entonces presidente de la Comisión Vecinal Interventora del Concejo Deliberante de la Capital Federal. Cargo muy significativo para un tucumano era, por cierto, asumir la jefatura de la corporación municipal más importante del país.

Desde Tucumán le escribió, el 15 de octubre, su comprovinciano y gran amigo, el doctor Alberto Rougés (1880-1945). Además de darle noticias de la vida universitaria, Rougés se refería al cargo conferido a Padilla, de presidente, decía, “de la comisión municipal que reemplazará el viejo Concejo, cargado de culpas y de desprestigio, en que termina una demagogia”.

Opinaba que “se ha querido, evidentemente, presentar a la opinión pública el contraste entre lo que fue la Municipalidad y lo que debe ser; entre la miserable realidad pedestre y el ideal que se pierde en las alturas”. Le parecía que se trataba de “una lección necesaria para nuestra democracia, que ha perdido el sentido de la responsabilidad”.

Añadía: “Si no es capaz ésta de aprovecharla, sus horas están contadas. Es una vuelta al tiempo de los grandes nombres de la historia; tiempo de democracia, sin duda, pero de democracia rectificada. Quizá sea este el mejor régimen posible para nosotros. Cuando nuestro pueblo no tiene a quién tener miedo, elige cada vez peor. Necesita el veto y la reprimenda. Es justicia que se rinde a tus méritos, el haberte elegido para modelo. Felicito al país y a Buenos Aires”, terminaba Rougés.