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-NICOLÁS AVELLANEDA. Estatua del ilustre tucumano en la ciudad de Avellaneda, ejecutada por Lola Mora.-

La Universidad se respetaba, según Avellaneda.


En 1883, se debatió en el Congreso la Ley Universitaria que regiría en la Nación. El senador por Tucumán y ex presidente, doctor Nicolás Avellaneda, fue autor del proyecto que resultó convertido en ley en junio.

“Yo me he educado en la antigua y tan combatida Universidad de Córdoba. He alcanzado a penetrar en sus claustros en días, por cierto, muy oscuros. Rosas acababa de caer; pero aún continuaba su gobierno, con el último de sus tenientes en Córdoba”, dijo en el curso de los debates. Se refería al gobernador Manuel “Quebracho” López.

“Bien, pues, señor presidente, yo puedo dar testimonio de esta verdad: aquel gobierno que todo lo conculcaba; que hizo desaparecer todas las formas de una civilización; que era juez, porque juzgaba en apelación todas las causas; que había resumido en él todos los poderes; ese gobierno absolutamente personal, ese gobierno de tribu, sin embargo se encontraba detenido delante de la Universidad. No había invadido su recinto, y yo mismo y muchos otros, hemos visto que, durante el gobierno de ‘Quebracho’ López, se reunían los doctores tranquilamente, prestaban su voto y nombraban rector con entera libertad. Éste era, tal vez, el único resto de autonomía y de libertad que había quedado subsistente en la República Argentina”.

Consideraba que tal era el carácter “verdadero y esencial” de toda Universidad. A pesar de que los gobiernos costeen sus gastos, “en todas partes se ha consagrado a los establecimientos universitarios su autonomía propia, respetando el desarrollo de las ciencias, que necesitan ser cultivadas fuera de las agitaciones políticas y de las combinaciones administrativas, que suelen obedecer a móviles tan diversos”.