No se sabe dónde fue finalmente enterrado
Se sabe que el gobernador de Tucumán general-doctor Alejandro Heredia fue asesinado el 12 de noviembre de 1838. Una partida armada, que integraban el comandante Gabino Robles, Juan de Dios Paliza y Gregorio Uriarte, detuvo el coche en que el gobernador marchaba rumbo a su estancia de Arcadia. Fue Robles quien le disparó a la cabeza, y también le asestaron puñaladas.
Ahora bien, no se conoce la tumba de Alejandro Heredia. La versión más divulgada y razonable afirma que fue enterrado en la capilla de San José de Lules. Pero ese sitio era provisorio, a juzgar por una carta sin fecha (probablemente es de 1842), de la madre del difunto, doña Alejandra Acosta de Heredia, dirigida al gobernador Celedonio Gutiérrez. Expresaba la señora: “debiendo marchar a mi estancia mañana temprano, y no habiendo podido ver a V. dos veces que he estado a buscarlo en su casa, me es de necesidad saber qué es lo que ha dispuesto, con respecto a la ceremonia de trasladar los restos de mi infortunado hijo Alejandro a la Iglesia (de La) Merced”.
Añadía: “Si fuera posible que ella se haga mañana o pasado, yo postergaría mi viaje; pero si no, suplico a V. me avise por medio de una carta para arrastrarme de nuevo a cumplir con los últimos deberes que me impone el amor maternal y la religión”.
No conocemos constancias de que el traslado se verificara efectivamente, ni se sabe que en La Merced existiera un sepulcro de Heredia ¿Dónde habrán ido a parar, finalmente, los restos del célebre guerrero de la Independencia y gobernador federal? Sin duda, es un interesante enigma a develar para los investigadores.