Sobre los campos de San Pablo y Manantial
“Escenarios donde la bravura criolla cobró fama en refriegas epopéyicas, fueron los campos de San Pablo y Manantial, desde el río Lules a Tucumán”, era el largo título de una nota en LA GACETA de 1937, con referencias históricas de José y Ernesto Padilla sobre lugares y nomenclaturas. Decía que “el campo de San Pablo y Manantial, entre el río Lules y la ciudad, ha sido teatro de muchas refriegas en las luchas civiles. Tal vez no tenga importancia señalar meticulosamente el sitio preciso, pero cabe elegir alguno para indicar al viajero dónde hubo lucha y dónde cayó sangre, siempre generosa y ennoblecida en el sacrificio cívico”.
Añadía: “A pesar de ello, haré notar que se llamaba ‘El Manantial’ hasta ‘El Obraje’ de San Pablo, inclusive; ‘El Ceibal’, era el potrero de Gallo; ‘Los Chañaritos’, era el paso del camino de Huacra; ‘El Rincón’, era el Naciente de todo esto, que comprendía la estancia que fue de doña Justiniana Ugarte. Sin seguridad, puede estimarse que ‘El paso del Rincón’ era cerca del que se conoce como ‘de Los Chañaritos’.
Había siempre ‘el camino de El Rincón’, que es “el que menciona Mitre como que lo recorrió Belgrano el 24 de setiembre (de 1812), en su retirada hacia la actual Santa Bárbara, donde pernoctó. En ese tiempo, se llamaba ‘Santa Bárbara’ la propiedad situada cerca de la casa de Magestrini, donde había una capilla dedicada a la santa de ese nombre, devoción de los jesuitas. El último jesuita expulso, Diego León de Villafañe, fue el único que regresó al país después de la expulsión de 1767 y que, desde su Finca ‘Santa Bárbara’ escribía, el 24 y 25 de setiembre de 1812, dando detalles de los que pasaban, desorganizados, en seguimiento de Belgrano. Por cierto que en esas cartas, se encontró ya mencionada la ‘Costa de las vallistas’, como se ha llamado y se llama todavía a la parte izquierda del río Salí, entre Lastenia y San Andrés”.