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ERNESTO PADILLA. A la izquierda, en sus últimos años, junto al doctor Jorge Nougués. Detrás, los doctores Antonio Bulacio Núñez, José I. Aráoz, Miguel P. Díaz y el ingeniero José M. Paz .- LA GACETA / ARCHIVO.

Padilla apoyó la creación de una Facultad


Cuando, a fines de la década de 1930, el consejero Alfredo Coviello propuso fundar una Facultad de Derecho en la UNT, hubo voces que se opusieron. Sostenían –entre otros argumentos- que al crearse en 1914 la casa, se omitieron las carreras de Derecho y Medicina, precisamente porque se aspiraba a diferenciarla de las tradicionales.

Coviello y dos directivos del Centro de Estudiantes de Ingeniería, Alfredo Turbay y S. Álvarez Toledo, requirieron la autorizada opinión del doctor Ernesto Padilla, en 1937. Padilla apoyó el proyecto en una larga carta. Pensaba que una Universidad ya arraigada, puede “abrir aulas para recoger y responder a las aspiraciones de los jóvenes que, en el norte de la República, quieren seguir la carrera de Derecho y Ciencias Sociales”.

Era un hecho notorio que “esa vocación se suscita anualmente en jóvenes que tienen que trasladarse a Santa Fe, a La Plata o a Buenos Aires”. Padilla se preguntaba, entonces, porqué no ha de pedirse a la Universidad “que amplíe su plan de estudios y comprenda a quienes tienen que salir a la aventura afanosa, costosa, y a veces terrible y muy incierta, de procurarse los medios de poder alcanzar sus aspiraciones”.

Eso sí, postulaba que se implante “la enseñanza de alta cultura en ciencias jurídicas y sociales, y no se busque solamente habilitar aptos para pleitos”. Descontaba que se existiría “esa finalidad primordial” en el plan que finalmente se estableciera. El 5 de junio de 1938, el Consejo Superior aprobaba el proyecto de Alfredo Coviello, y disponía la creación de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales.