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AMBROSIO FUNES. El gobernador apresado, que pudo fugarse y reasumir el mando.

El movimiento se conjuró tras varios días.


El 15 de noviembre de 1816, no celebró sesión el Soberano Congreso. Entretanto, 800 kilómetros más lejos, en la ciudad de Córdoba, se producían muy graves novedades. Como se sabe, el amotinado artiguista Juan Pablo Bulnes había sido sometido por el gobernador Ambrosio Funes y puesto en prisión. El historiador Vicente Fidel López narra lo que sucedió entre el 14 y el 15 de noviembre.

Apunta que los miembros de la familia Bulnes y otros partidarios, “habían logrado seducir al oficial Quintana, español y prisionero de Montevideo que había tomado servicio en el piquete urbano de Córdoba, con algunos otros de sus compatriotas perteneciente a la misma clase”. Los partidarios de Bulnes “habían conseguido que Quintana diese guardia el 14 de noviembre en la cárcel donde Bulnes se hallaba preso, y el 15 por la madrugada salieron armados por las calles”.

Prendieron al gobernador Funes y al comandante Sayós, del Ejército del Norte, quien mandaba el piquete que días antes había sometido a Bulnes. Luego, enviaron avisos a Santiago del Estero para que Juan Francisco Borges “cooperase a la insurrección, a fin de darles tiempo de recuperar toda la provincia, deteniendo las marchas de las tropas que pudieran enviarse contra ellos desde Tucumán”. La tentativa fracasó en muy pocos días.

Escribe López que “Quintana se puso en disidencia con Bulnes, y el desorden se produjo de tal manera entre ellos, que aquél destituyó a éste” y colocó en el gobierno a don Juan Andrés Pueyrredón. Aprovecharon la confusión Sayós y Funes para evadirse, y se reunieron con el comandante Bedoya para marchar sobre la ciudad. Los alzados se rindieron y huyeron a Santa Fe.