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ESCUDO DE PAÑO. Se acató la orden de confeccionarlo, pero otras disposiciones de homenaje no se cumplieron.

Pirámide y libro por la victoria de 1812.


No es conocido que, con ocasión de la victoria de Tucumán contra los realistas el 24 de septiembre de 1812, el Triunvirato dispuso -por decreto del 20 de octubre- dos tributos que no se cumplieron. Uno, la construcción de una pirámide de homenaje, y otro la apertura de un “libro de honor” en el Cabildo tucumano.

Ordenaba abonar “un mes de paga extraordinaria a cada soldado, desde sargento inclusive”. También, solicitaba una lista de los oficiales y soldados muertos y heridos, para “la gratificación acordada por el Gobierno” a sus viudas, padres e hijos, y para inscribir sus nombres “en una lámina de bronce que se fijará en la pirámide destinada al efecto”. También debía elevársele una “razón circunstanciada“ de los que militaron en esa acción, aclarando empleos y grados, “para recomendarlos a los gobiernos posteriores” e inscribir sus nombres en el “libro de honor” del Cabildo de Buenos Aires.

El Cabildo de San Miguel de Tucumán debía llevar “igual libro” respecto a sus vecinos y a los de Salta, Jujuy, Santiago “y otros pueblos”, expresando “el servicio que prestaron y mérito que contrajeron en dicha batalla”. Finalmente, se acordaba a los soldados “el distintivo de una charretera de hilo de lana blanca y celeste con borlas que se desprendan de la presilla de la jineta”. A los oficiales, hasta coronel inclusive, un escudo “de paño con orla de paño celeste y en ella un bordado ligero de plata”, y al centro, la leyenda “La Patria a su defensor en Tucumán”; a Belgrano, “un escudo de lámina de oro con la misma leyenda”, y a los jefes de división y al mayor general, “otro ídem de lámina de plata”.