Desde 1906, el Laboratorio Bacteriológico
Una medida de gran importancia para la higiene de Tucumán, fue la creación del Laboratorio de Bacteriología de la Provincia, por decreto-acuerdo del gobernador, ingeniero Luis F. Nougués. Previamente, en 1905, se había costeado el viaje a Europa del doctor Pedro J García, para perfeccionar sus estudios de bacteriología, además de entregarle dinero para adquirir aparatos destinados al laboratorio que se planeaba instalar. Permitió hacerlo, la partida de 5.000 pesos que el Gobierno Nacional acordó a la Provincia, con ese destino.
El 5 de julio de 1906, Nougués, con la firma de sus ministros, doctores Julio López Mañán y Manuel Cossio, dispuso crear “un Laboratorio de Bacteriología anexo al Consejo de Higiene Pública, que tendrá a su cargo el estudio de todas las materias concernientes al ramo, de acuerdo con el reglamento que formulará el director, una vez aprobado por el Poder Ejecutivo”. El doctor García quedaba designado director del Laboratorio, y se lo autorizaba para mandar a construir, en los talleres de la Cárcel Penitenciaría, los muebles para la nueva oficina.
El Laboratorio venía a llenar una sentida necesidad sanitaria. Ya en 1899, al discutirse en el Congreso la Ley de Higiene, el diputado por Tucumán, doctor Alberto de Soldati, había propuesto agregarle un artículo que ordenase al Estado Nacional establecer, “en los puntos más apropiados de la República, oficinas bacteriológicas y conservatorios de virus de vacunas y sueros antidiftéricos y antirrábicos”. Esto porque, decía, las provincias no tienen fondos para establecerlos, “y es por medio de los análisis que se descubre la existencia de los gérmenes morbígenos y se hace posible evitar su propagación”.