Fabio López García, en Catamarca, en 1918
A fines de 1917 se produjeron turbulencias políticas en la provincia de Catamarca. El vicegobernador Javier Castro decretó la cesantía del gobernador Guillermo Correa, argumentando que este se había ausentado de la provincia sin licencia de la Legislatura. Ante ello, la Unión Cívica Radical y otros legisladores solicitaron la intervención federal, entendiendo que la medida excedía las atribuciones del vicegobernador.
El presidente de la Nación, Hipólito Yrigoyen, por decreto del 27 de abril de 1918, dispuso la intervención federal de la provincia “a efecto de reorganizar sus poderes públicos”. En los considerandos, enumeraba “la existencia de un gobierno de hecho, organizado en base a combinaciones que importan una verdadera subversión de la forma republicana de gobierno”. Citaba la vacancia del gobierno declarada por el vicegobernador, la posterior proclamación de aquel como candidato a senador y la renovación, que consideraba ilegal, de la Legislatura.
Todo lo cual, expresaba, ponía al Ejecutivo en el “deber imperioso de reconstituir las autoridades de la provincia de Catamarca, asegurando los derechos civiles y políticos desamparados por la falta de justicia a que da margen la descomposición de todos los poderes del Estado”.
Como interventor federal fue designado un tucumano, el doctor Fabio López García (1855-1926). Era un distinguido abogado. En Tucumán, fue senador a la Legislatura, constituyente de 1884, juez del Crimen y miembro del Superior Tribunal, como se denominaba entonces a la Corte, además de activo periodista y diputado nacional 1896-1900.