Tardío arribo de esa noticia al Congreso.

EL MARQUES DE YAVI. Capturado por los realistas en noviembre, se había fugado pero tuvo que entregarse.

Tampoco hubo sesión del Soberano Congreso el 27 de diciembre de 1816. Poco tiempo antes, se había conocido con inquietud la noticia del cautiverio de Juan José Fernández Campero, el marqués de Yavi. Como se recordará, había sido elegido diputado al Congreso de Tucumán por la provincia altoperuana de Chichas. Hizo jurar la independencia por los oficiales y soldados de la tropa que mandaba, como comandante general de la Puna de Atacama y como jefe del Primer Regimiento Peruano. Luego, se preparaba para viajar a Tucumán e incorporarse al cuerpo.

Pero otros sucesos bélicos ocurridos en su lejana jurisdicción, le hicieron diferir aquel propósito. El 15 de setiembre de 1816, había logrado derrotar a los realistas en la acción de Calpayo. Informó de esta victoria al gobernador de Salta, general Martín Güemes, luego de lo cual premió a sus vencedores.

Pero, sorpresivamente, se produjo la primera invasión de las tropas realistas de Olañeta, el 15 de noviembre. Al día siguiente, cuando el marqués estaba oyendo misa en la capilla de Yavi, el pueblo fue tomado por los enemigos. Intentó organizar la resistencia, pero su caballo cayó en una zanja y terminó capturado.

El historiador Vicente Cutolo narra que, “herido, fue conducido prisionero a Potosí por el ejército realista, pero logró fugarse de la cárcel. En la imposibilidad de alejarse de la provincia, por la suma vigilancia con que se cuidaron los caminos, optó por entregarse de nuevo”. Los realistas lo llevaron a Lima, donde el virrey ordenó embarcarlo con rumbo a los calabozos de España. Fue un largo y penoso viaje, en cuyo transcurso el marqués falleció en Kingston, Jamaica, torturado por sus carceleros, el 22 de octubre de 1820.