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LEANDRO ALEM. El caudillo de la Unión Cívica rechazó la candidatura presidencial que le proponían.

Un testimonio del tucumano Martín S. Berho


En julio de 1913, en “El Orden”, un dirigente radical de Tucumán, el doctor Martín S. Berho, publicó su testimonio personal sobre un episodio poco conocido que protagonizó el doctor Leandro Alem. Expresaba que en 1891 viajó a Rosario para asistir a la convención de la Unión Cívica que definiría la fórmula presidencial de los comicios de 1892. Ni bien llegados, cuenta, “supimos, con amarga sorpresa, que la intriga se iniciaba: se pretendía dominar al amigo de las provincias, doctor Bernardo de Irigoyen, para designar a un amigo político del general Bartolomé Mitre”.

Hubo una reunión preparatoria en el Hotel Central. Allí notó Berho, para mayor sorpresa, que los más caracterizados representantes de las provincias combatían la candidatura de don Bernardo, achacándole “falta de carácter”. Berho se enfureció. Replicó, narra, con “un arenga a lo Dantón”, explicando el concepto del carácter, según Samuel Smiles. Y sostuvo que la convención debía dar “ejemplo de justicia distributiva y ofrecer sus votos a quien por derecho le corresponden; al alma de la reacción y merced a cuya acción nos encontrábamos reunidos: al doctor Leandro Alem”. Su postura se aprobó “casi por aclamación”.

Berho, junto al ex gobernador de Tucumán Juan Posse, y el doctor Teófilo Saá, fueron comisionados para comunicar la decisión a Alem. Fueron al hotel donde se encontraba, y Alem, cuenta Berho, emocionado, “nos contestó, casi con lágrimas, que agradecía el honor que se le dispensaba, pero que no lo aceptaba, porque su obra era de sacrificio y de perseverancia en la acción; que él nada quería para sí, y que sólo deseaba el triunfo de la causa a la que se había entregado por entero”. Al día siguiente, se proclamó la fórmula Bartolomé Mitre-Bernardo de Irigoyen. Como se sabe, el posterior pacto entre Mitre y Julio Argentino Roca modificaría todo.