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JOSÉ LUCAS PENNA. De traje negro, aparece durante una comida junto al senador Ramón Paz Posse.

Proyecto presentado a la Legislatura en 1915.


La estabilidad de los docentes de Tucumán tardaría muchos años en obtenerse. Un intento poco conocido de modificar tal situación fue el proyecto del doctor José Lucas Penna en 1915, como diputado a la Legislatura. Lo presentó el 15 de junio de ese año.

Establecía que “el empleo de inspector, subinspector, director, maestro y en general de miembro del personal docente de las escuelas públicas sólo se pierde: por mala conducta; por irregularidad en el desempeño de sus funciones; por incapacidad para la enseñanza y por actos de indisciplina”. Esto significaba, obviamente, la estabilidad mientras no se incurriera en las conductas referidas.

El proyecto, en otros puntos de su largo articulado, fijaba los trámites a seguir cuando llegara a conocimiento del Consejo de Educación cualquiera de las causales de cesantía. Se debía organizar un sumario, a cargo de un vocal del Consejo o del Inspector General. Si resultara que se había cometido algunos de los hechos que justificarían la pérdida del empleo, se decretaba la suspensión del empleado, adjuntándole el capítulo de cargos.

Dentro de 15 días, el empleado “podrá pedir que su expediente sea sometido al dictamen de un Tribunal de Disciplina”. Formaban éste dos miembros del Consejo de Distrito, sorteados por el presidente del Consejo “en presencia del interesado”, y lo presidía el rector de la Universidad, o el consejero de la misma en quien aquel delegase. El Tribunal debía oír al suspendido y pedir todos los informes que creyera necesarios. Emitiría dentro de 30 días su resolución. Si ella se pronunciaba por la exoneración, el afectado podría, dentro de los tres días, apelar ante el Poder Ejecutivo, que “resolvería en última instancia y sin más trámite”.