Su nota necrológica publicada en 1870.
Uno de los gestos más conocidos de la tradición tucumana, es el de doña Fortunata García de García. En octubre de 1841, la matrona retiró de la pica en que estaba expuesta en la plaza Independencia, la cabeza del degollado líder de la Liga del Norte contra Rosas, doctor Marco Manuel de Avellaneda.
La señora de García falleció el viernes 29 de abril de 1870. Interesa rescatar cómo la despidió la prensa de la época. La nota necrológica del periódico local “El Nacionalista”, del 1 de mayo, empezaba diciendo que doña Fortunata había dejado de existir “víctima de una súbita enfermedad”, a las siete de la tarde.
“Esta señora, estimable en todo sentido, era el consuelo de muchos menesterosos, porque a su piedad la ejercitaba especialmente con ellos y jamás ninguno salió desconsolado de su lado. No era ésta sin embargo su única virtud, porque era innata en ella la de un patriotismo inimitable, y nunca hombre ninguno que ocurrió a ella en momentos de peligro para la patria, en defensa de la buena causa, dejó de hallar un consejo, una idea que robusteciera la opinión aún de los menos decididos”.
Expresaba que “la provincia, pues, ha perdido un corazón siempre lleno de entusiasmo por la libertad; la sociedad, una buena amiga y una excelente madre de familia; sus parientes, un miembro afectuoso y leal”. Terminaba: “acompañamos a su familia en su justo dolor”.
No deja de ser curioso que la nota transcripta no mencionase concretamente el piadoso rasgo de la señora de García con la cabeza de Avellaneda; rasgo que fue, justamente, lo que colocó su nombre en la historia.