Tucumán fue la primera en ofrecer auxilios.
Como se sabe, en 1806 los ingleses invadieron Buenos Aires. El Cabildo de San Miguel de Tucumán anunció a esa capital que se disponía a enviarle soldados, armas y dinero en su socorro. El Cabildo porteño, con fecha 26 de marzo de 1807 y la firma de todos los capitulares, encabezados por Martín de Álzaga, envió a la corporación tucumana una honrosa nota.
Decía en ella que el Cabildo de Tucumán “fue el primero” del Virreinato, “que dio pruebas de su lealtad y patriotismo, comprometiéndose a remitir a su costa un cierto número de gentes para la defensa de este suelo”. Además, subrayaba que esa promesa “hoy excede, en oferta y donativos, a todos los demás”.
Tras reconocer esa prioridad, la nota se preguntaba: “¿Cómo podría esta capital aplaudir ni agradecer bastantemente unas demostraciones tan singulares, tan llenas de honor, de nobleza y de generosidad?”. Al leer los oficios enviados desde Tucumán el 12 de marzo, decía, “no ha encontrado expresiones con que enaltecer su celo”, y ponderaba que el objeto que la animaba “es la causa de Dios, del Rey y de la Patria”.
Afirmaba que “este Cabildo no puede menos de expresar a V.S. un eterno reconocimiento, y protestar, con las mayores veras, que jamás borrará de su memoria una acción tan digna de V. S. y que sabrá transmitirla a la posteridad”. Terminaba diciendo que aguardaban los auxilios prometidos, “pues que tomada ya por el enemigo la ciudad de Montevideo y la Colonia, con otros varios lugares de la Banda Oriental, nos amenaza una próxima invasión; y debemos no sólo resistir y defendernos, sino también ofender y ver el modo de expulsar a un tirano invasor de nuestras propiedades”.