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LA INDEPENDENCIA. La declaración del 9 de julio de 1816 fue jurada por todos los tucumanos el día 21 la gaceta / archivo

Una gran ceremonia en la sede del Congreso


El 19 de julio de 1816, el Congreso envió un oficio al gobernador intendente de Tucumán, coronel Bernabé Aráoz. Expresaba que, declarada la Independencia el día 9, era todavía necesario “un vínculo más fuerte, un compromiso particular”, que manifestase más vivamente la voluntad de los ciudadanos de “defender hasta con su sangre el rango y carácter de una Nación libre e independiente”.

Por eso había resuelto que el domingo 21 concurriera “con todas las corporaciones” a la sala del Congreso, a prestar el juramento de la Independencia. Asimismo debía tomar las medidas “para que todos los ciudadanos de cualquier clase que sean, las milicias y habitantes de la campaña, lo presten igualmente de su parte en el día y lugar que V. S. señalare”.

Así, el 21 de julio arribaron al Congreso el gobernador Aráoz, el general Manuel Belgrano con sus oficiales, “cuerpo municipal, clero secular, comunidades religiosas y demás corporaciones de esta capital, con un crecido número de ciudadanos de todas clases del Estado, en cuyo semblante estaba estampada la imagen de la más pura y dulce alegría por lo augusto e importante del acto que iba a solemnizarse”, dice el acta. El juramento, se verificó “con toda la gravedad, decoro y circunspección”.

Los términos fueron: “¿Juráis por Dios Nuestro Señor y esta señal de cruz, promover y defender la libertad de la Provincias Unidas de Sud América y su Independencia del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli, y toda otra dominación extranjera? ¿Juráis a Dios Nuestro Señor y prometéis a la Patria el sostén de estos derechos hasta con la vida, haberes y fama? Si así no lo hiciéreis Dios os ayude, y si no, Él y la Patria os hagan cargo”.