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LA CASA DE ALBERDI. Ubicada sobre la calle del Cabildo, en una acuarela de Dante Rízzoli.

Falleció poco después de nacer el prócer.


Como es conocido, Juan Bautista Alberdi nació el 29 de agosto de 1810, hijo del español Salvador de Alberdi y de la tucumana Josefa Aráoz. Algunas referencias sobre esta señora, proporciona el historiador Jorge Mayer. Era hija de Javier de Aráoz y de Petrona Valderrama.

Josefa Aráoz de Alberdi tenía dos hermanos. Uno era Diego, esposo de Micaela Alurralde: fueron padres de la bella Lucía Aráoz, esposa del gobernador Javier López. El otro hermano, José Gregorio, se casó con Josefa Maure Villafañe, y fueron padres del célebre obispo Miguel Moisés Aráoz. Los Alberdi-Aráoz fueron seis hermanos, de los cuales llegaron a la edad adulta Manuel, Felipe, Tránsito Alberdi de García y el autor de las “Bases”.

Cuando nació Juan Bautista, doña Josefa estaba ya muy enferma, como que falleció meses después. El 9 de abril de 1811, ante el escribano Florencio Sal, ella otorgaba a su marido, don Salvador, un poder para testar. Lo hacía, declaraba, “por cuanto la enfermedad de que adolece y se halla enferma, no le permite ni le da lugar para hacer por sí sola su testamento y ultima disposición con la madurez y reflexión que corresponde al mejor descargo de su consciencia”, expresa el acta respectiva.

Obviamente, Alberdi no alcanzó a conocer a su madre. Mucho después escribiría: “mi madre había cesado de existir, con ocasión y por causa de mi nacimiento. Puedo así decir, como Rousseau, que mi nacimiento fue mi primera desgracia”. En su poema “Edén”, diría: “Tú viste arder las hachas funerales/ del venerado ataúd que fue mi cuna/ tú me viste enjugar con mis pañales/las gotas del dolor una por una”. Apunta Manuel Lizondo Borda que doña Josefa “era de una sensibilidad especial; poetisa de corazón, sabía cultivar las bellezas del país de los azahares, con frases llenas de armonía”. No se conserva su retrato.