Una carta de 1858 del tucumano Marcos Paz.
En 1858, el doctor Agustín Justo de la Vega gobernaba Tucumán. Poco antes de presentar su renuncia, escribió a Buenos Aires, al doctor Marcos Paz. Quería manifestarle que, en la provincia, había una fuerte corriente de opinión a favor de su nombre para futuro gobernante.
El tucumano Paz le contestó el 20 de enero, desde su estancia bonaerense de San Marcos, en Lobos. Aseguraba que carecía de “los méritos y servicios” para el cargo, y que conocía a muchos “con mejores aptitudes y con más sacrificios hechos a favor del país”.
Pero hablaría con franqueza. No dudaba que sus intereses sufrirían si aceptase el desafío, además de que “no he soñado en presentarme como candidato”. Pero, “si libre y espontáneamente me llamasen mis compatriotas a ocupar la silla de un gobierno justo, equitativo, fusionista y liberal, debe estar usted persuadido de que aceptaría con sumo reconocimiento, por poderosas que fueran las razones de conveniencia particular que se opusieran”.
Añadía: “No trepidaría un instante en llenar el primer deber del ciudadano. La patria está primero que la familia y el individuo. Este deber es hoy más sagrado que en ninguna época de vida independiente: porque sosteniendo hoy la sabia Constitución de Mayo que hemos jurado, cimentamos la libertad, la paz y el orden, fuentes inagotables de riqueza, progreso y engrandecimiento para nuestra desgraciada patria”.
Como se sabe, Paz fue elegido gobernador y desempeñó una muy progresista administración, desde 1858 a 1860. La carta fue publicada en 1905, en la “Revista de Letras y Ciencias Sociales”.