Espinoso tema de las relaciones exteriores
En la sesión secreta del 28 de agosto de 1816, el propósito era determinar la actitud del Soberano Congreso, respecto de las comunicaciones del enviado ante la corte del Brasil, Manuel José García. El presidente José Ignacio Thames estableció, “clasificada como de primer orden”, la proposición: “¿Qué se ha de contestar al Director en el asunto de relaciones exteriores?”.
Por un total de 24 votos, se resolvieron cuatro puntos. El primero era reiterar el encargo, al Supremo Director, de la defensa del territorio frente a la invasión portuguesa a la Banda Oriental. Aquella defensa, por “cuantos medios estén a su alcance”, y sobre todo “activando el reclutaje, a razón de un cinco por ciento de la población de las provincias, y acelerando los empréstitos ofrecidos por los norteamericanos De Forest y Devereaux”.
El segundo artículo, mandaba el Director facilitar los auxilios posibles a los ejércitos auxiliares de Chile y del Perú, “para que sus operaciones sean más breves, y puedan lograr resultados que den importancia al país, y nos procuren ventajas en las negociaciones”. El tercero, lo instruía de remitir, con todas las precauciones, los documentos a los que se refería García en sus cartas al Director anterior, de los días 9 de junio y 4 de mayo últimos, con los antecedentes pedidos.
Finalmente, “que solicite la unión del general (José Gervasio) Artigas inspirándole confianza, y dándole los auxilios posibles, sin exponer la seguridad de esta Banda (del Río de La Plata), y procediendo en este punto sin aventurarse ni comprometer el éxito de la negociación”.