“Lola Mora. Una biografía” (con Celia Terán)

La vida de Lola Mora tuvo una expresividad y un dramatismo tan grandes
que se las arregló para organizar su futuro artístico: a partir de una beca oficial en Roma, logró, nadie sabe cómo, que la aceptase como alumna el más célebre escultor italiano de ese momento, el temperamental Giulio Monteverde, y si- multáneamente, se convirtió en favorita de la nobleza de la Ciudad Eterna.
Su debut en Buenos Aires fue consagratorio, en 1903. Con la Fuente de las Nereidas, incorporó a la ciudad una obra de arte que podría competir con las similares de cualquier capital europea y que hasta hoy es una de las más celebradas. De allí en adelante, su carrera se disparó hacia arriba. Vivía en Roma como una reina, y allí trabajaba esas figuras que emplazó en los lugares públicos de más prestigio del país. El eclipse del régimen conservador marcó también el suyo. Los nuevos protagonistas de la política le volvieron la espalda con ferocidad.
Nada de eso la amilanó. Vendió todo y, orgullosamente, diversificó su energía hacia nuevas empresas: el cine, la urbanización, la búsqueda de petróleo en los cerros salteños. En esos trajines increíbles perdió todo su dinero y toda su salud. Peleó siempre como una mujer sola dentro de un mundo que manejaban exclusivamente los hombres y para ello debió armarse de los más astutos recursos.
Los investigadores tucumanos Carlos Páez de la Torre (h) y Celia Terán elaboraron una biografía distinta, basada en una rigurosa búsqueda y en una exhaustiva compulsa de documentos, removiendo la mitología gene- rada en torno a Lola Mora, Su trayectoria pública y privada, con toda la peripecia personal y sentimental, se trata en este libro sin precon- ceptos, buscando sólo una cosa: la verdad,