La más larga residencia de Belgrano en Tucumán transcurrió entre agosto de 1816 y febrero de 1819, como jefe, por …
La más larga residencia de Belgrano en Tucumán transcurrió entre agosto de 1816 y febrero de 1819, como jefe, por segunda vez, del Ejército del Norte aquí acantonado. Fue en esa época que anudó un romance con Dolores Helguero, hija de don Victoriano Helguero y doña Dolores Liendo. Residía don Victoriano, con sus seis hijos, en la esquina de las actuales San Martín y Maipú, en el terreno donde está hoy el clausurado edificio de la ex Rentas, que antes fue Banco de la Nación.
En la segunda mitad de 1818, Dolores quedó embarazada. En ese estado se hallaba en febrero de 1819, cuando Belgrano con sus tropas partió a la campaña contra los caudillos de Santa Fe. Y seguía en campaña en mayo, cuando nació la niña, a la que se bautizó Manuela Mónica del Corazón de Jesús. Los historiadores fray Jacinto Carrasco, en 1924, y Ventura Murga, en 1970, fueron los primeros en investigar su vida.
Don Victoriano dispuso que Dolores se casara de inmediato con un señor de apellido Rivas: se sabe que tuvieron dos hijos y que no se llevaban bien. Un día, Rivas la dejó y se fue de Tucumán. A Bolivia, decían.
Como es conocido, luego del armisticio de abril de 1819, el Ejército del Norte contramarchó hasta Capilla del Pilar, Córdoba. Allí Belgrano, ya bastante enfermo, renunció al mando en septiembre y se volvió a Tucumán. Ya estando aquí dirigió al Gobierno, a comienzos del año siguiente, el único documento donde reconoce formalmente a su hija.
Expresa que “la cuadra de terreno contenida en la donación que me hizo la Municipalidad y consta en los documentos antecedentes, con todo lo en ella edificado por mí, pertenece por derecho de heredad a mi hija doña Manuela Mónica del Corazón de Jesús, nacida en 4 de mayo de 1819 en esta capital y bautizada el 7. Para que conste lo firmo hoy 22 de enero de 1820 en la valerosa Tucumán, rogando a las juntas militares como a las civiles le dispensen toda justa protección”. Un mes más tarde, con su dolencia ya muy avanzada, Belgrano regresaba a Buenos Aires, para morir allí el 20 de junio de ese año 1820.
Unos cinco años después, Manuela Mónica pasó a vivir a Buenos Aires con una hermana del general, Juana Belgrano de Chas, y cuidó de su educación otro hermano, el canónigo Domingo Estanislao Belgrano. Hablaba inglés y francés, y era inteligente y despierta, con gran parecido físico a su padre. Cuentan que Juan Bautista Alberdi fue uno de sus cortejantes. Estuvo un tiempo exiliada en Montevideo, bajo el rosismo.
Por testamento, otro de sus tíos, Joaquín Belgrano, hizo un importante legado a “mi sobrina doña Manuela Belgrano, hija de mi hermano el señor general”.
A comienzos de los años 1850, se casó con el próspero comerciante y hacendado Manuel Vega Belgrano, posiblemente su pariente. Tuvieron tres hijos: Manuel Félix y Carlos Miguel, sin descendencia, y Gregoria Flora, quien se casaría con un primo segundo, Juan Carlos Belgrano-Martínez Albín, con descendencia hasta nuestros días. La tucumana Manuela Mónica del Corazón de Jesús Belgrano falleció en Buenos Aires, el 5 de febrero de 1866.