Un patriota jujeño sostenía la Independencia.
Es conocido que, en el Congreso de Tucumán de 1816, el diputado por Jujuy, doctor Teodoro Sánchez de Bustamante (1778-1851), hizo la moción, el 9 de julio, de tratar el tema de la Independencia. En “Del pasado jujeño”, su descendiente, Teófilo Sánchez de Bustamante, transcribe un interesante documento del Archivo de Jujuy.
El 13 de abril de 1813, el doctor Teodoro pidió al Obispado de Salta autorización “para leer los libros que tratan de las importantes materias de Política, Legislación, Derecho Público y de Gentes, y los que declaman contra los abusos del poder y las intrigas de las Cortes”. Hasta entonces, esos textos estaban prohibidos por la Inquisición.
Decía el jujeño que “un plan sistemático de la más refinada tiranía, se propuso obstruir a esta América todos los caminos por donde podía elevarse al rango de una Nación libre, feliz e independiente”. Por eso vedó “la introducción y lectura” de tales obras, “que dando una idea verdadera del origen de los gobiernos y de las obligaciones y derechos del hombre en sociedad, eran por sí solas bastante a inspirarles el sublime designio de aspirar a su independencia política”.
Se necesitaban esos libros, “para que conociendo nuestros derechos y la ciencia difícil de gobernar y tratar a los hombres, podamos sostenerlos y ocupar dentro de las Naciones del Globo el lugar que nos corresponde”. Hay que
subrayar que así, tres años antes de declararse efectivamente la Independencia, Sánchez de Bustamante tenía claro que ese era el propósito.
El Obispado se tomó su tiempo: recién una década después del pronunciamiento del 9 de Julio, concedió las autorización, el 11 de mayo de 1826.